El cambio de vida de Felipe Braun
El actor no solo dejó las teleseries y el teatro, también migró a mil kilómetros de su casa en Santiago, junto a su familia, para instalarse en la región de Los Lagos. Lo que partió como un escape de la pandemia para sus hijos, terminó siendo la mejor aventura familiar y el inicio de una nueva vida, con cabras, quesos y mucha vida de granja.
Por: Valentina de Aguirre - Fotos: Pablo Izquierdo
A fines del 2019, y después de planificarlo mucho, el actor Felipe Braun se iba a embarcar en un trabajo soñado: iría a recorrer Europa contando la historia del continente a través de su comida. “Yo me iba a sentar en Sicilia, y desde ahí iba a empezar a hablar sobre la guerra, los italianos…”, recuerda Felipe. Una semana antes de partir, tuvieron que cancelarlo todo. El porqué ya lo conocemos de sobra. El covid-19 avanzaba rápido por el mundo, echando por el suelo El sabor de la historia (y tantas cosas más).
Junto a su señora, Sofía Schmidt, también tenían otros planes para el 2020: irse a vivir a Berlín, donde ella estudiaría un doctorado. Pero cuando vieron que la pandemia se alargaba y que no había posibilidades de moverse en el futuro cercano, decidieron partir al lago Ranco, donde viven los papás de Felipe y donde él también vivió cuando era chico. La idea era estar un tiempo ahí, hasta que todo volviera a la normalidad, sobre todo por sus dos hijos. Y aunque Felipe reconoce que siempre le había gustado vivir bien metido en la ciudad, sin auto y andando en monopatín, esta nueva aventura le fascinó. A Sofía, también. “Me encontré con lago Ranco, me encontré con recuerdos de chico. Los niños se empezaron a meter en el tema del campo y con mi señora empezamos a conversar que tal vez sería una buena idea quedarnos en el sur”, dice.
NIEBLA Y LA GRANJA
Un día, Felipe llegó a la casa de sus papás con una cabra. “¡Mi mamá casi me mató!”, cuenta muerto de la risa. La historia suena casi como una de las aventuras que Papelucho podría haber relatado en uno de los libros: después de llegar con la cabra -que fue bautizada como Niebla-, la metió debajo de la casa y ahí le construyó un refugio. De a poco, Niebla terminó enamorando a toda la familia y Felipe tuvo que aprender a hacerse cargo de una cabra.
Con la decisión de migrar tomada, empezaron a buscar lugares para quedarse. Tenían un solo requisito: que la casa fuera una granja. Y finalmente encontraron en Llanquihue el lugar perfecto: una casa que tenía un pequeño establo (para Niebla, por supuesto, que a estas alturas de la historia ya es parte de la familia), un gallinero (porque la familia tenía que seguir creciendo) y un huerto (porque con algo hay que alimentarlos). “Nos cambiamos en plena pandemia y empezamos a vivir ahí. Parieron unas ovejas que había, parió mi cabra, compré otra, también parió, me regalaron una más… ¡Andaba con cinco cabras! Y estaba viviendo la vida del granjero: ordeñando muy temprano en la mañana, después en la tarde”, cuenta feliz.
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Felicidades querido Felipe , Elmozo dónde estás en lo mejor que hay la 10ª región de la región de los Lagos Te mando mucho saludos muchos cariños y deja la dirección para ir a verte con mi marido un abrazo fuerte
Bravo Felipe , el mejor lugar del Mundo para tus hijos , la décima región es un paraíso , que tiene mucho que enseñar en cultura tradiciones y una forma de vida distinta hacia el interior de la familia , no como en Santiago que todo lo haces hacia afuera y poco tiempo para reflexionar de cómo quites hacer la vida❤️
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